Perdona, "¿Cuándo terminas?"
Uno de los factores más importante a mi modo de ver para obtener un buen resultado en la instalación de un suelo técnico, es aislar al instalador de la presión del entorno para cumplir los plazos de entrega.
A veces, obviamos que el instalador en la mayor parte de los casos no ha participado en el proceso de preparación del proyecto y por lo tanto esto le ha caído encima como un cubo de agua, sin comerlo ni beberlo.
Si los instaladores según se ponen las rodilleras escuchan la frase “¿Cuándo terminas?”, lo más lógico es que empiecen a sentir la presión sobre su nuca.
Como ya sabemos es difícil motivarse, cuando lo que te queda de día va a consistir en estar de rodillas empujando por aquí y por allí, con la presión añadida de alguien intentando meterte prisa. Si a esto le sumamos, otros factores como modificaciones en el planteamiento inicial, obstáculos que nos impiden el avance, o cambios en los detalles o acabados, la presión de saber que los plazos de entrega del proyecto no van como deberían, aumenta y lo normal es que consigamos el efecto contrario.
El rendimiento en la instalación de suelo técnico está muy medido, pero hay factores que pueden modificar en gran medida esta producción.
Yo siempre explico que es como la Fórmula 1, si te planteas si un segundo es mucho tiempo o poco tiempo, la respuesta es que depende para quién. Un segundo para cambiar los neumáticos en una carrera de Fórmula 1 es un mundo, sin embargo para un jubilado un segundo no es nada.
Si hacemos cuentas y una pareja de instaladores se pueden hacer entre 70 y 100 m2, (dependiendo de las circunstancias) significa que se tienen que poner unas 30 baldosas a la hora. Cualquier situación que no sea favorable y les retrase unos minutos, les puede hacer no solo perder la posición, si no la carrera.
Por eso lo que yo recomendaría es lo siguiente:
- Ten todos los perímetros donde tiene que rematar el suelo, despejados y listos. Así evitaremos que el instalador tenga que desplazarse de un lado a otro haciendo remates.
- Intenta mantener despejada la sala.
- Ten bien definidos los niveles y alturas que necesitas.
- Ten claro los detalles y acabados que deseas e informa de ellos al inicio de los trabajos
- Pregunta al instalador qué necesita. Cambia la pregunta de "¿Cuándo terminas?" por "¿Cómo podemos ayudarte?".
- Informa al instalador de las nuevas situaciones problemáticas que se vayan produciendo, en relación a los plazos...cuéntale por ejemplo que "los muebles llegan en tal fecha", etc… Si le haces partícipe, lo normal es que forme parte de la solución.
A veces los clientes simplemente queremos estar informados, pero antes de realizar la pregunta al instalador pregúntemonos si es práctica la carga de presión que lleva implícita.
